El mercado de la carne en Brasil está atravesando una importante transición. Se estima que en los próximos 20 años habrá un aumento del 35% en la demanda mundial de carne, como resultado del creciente consumo de proteína animal en los países asiáticos. Nuestro país es un actor central en el cumplimiento de esta tarea, pero debemos prepararnos para calificar nuestra producción y poder atender a un perfil de consumidor cada vez más exigente, ya sea en el mercado interno o externo.
En general, a pesar de los avances tecnológicos de los últimos años, el “negocio ganadero” en Brasil se ha llevado a cabo de manera poco profesional. Los pastos han sido manejados de manera extractiva, sin un manejo adecuado, sin la necesaria corrección de suelos, con extensas áreas mostrando algún nivel de degradación –por exceso de ganadería o falta de planificación estratégica (técnica y financiera)–, resultando en bajos índices zootécnicos.
La ganadería es tan resiliente que, incluso en esta difícil situación, puede incluso generar rentabilidad, pero ofrece un resultado financiero muy por debajo de su potencial. Por otro lado, los cultivos de cereales tienen un manejo más profesional, con altas inversiones en corrección de suelos, fertilización, manejo de malezas y plagas, etc., con un sesgo enfocado a los resultados productivos y financieros. A diferencia de la ganadería, el cultivo de cereales no es resiliente: ¡si se gestiona mal, fracasará!
Tanto en los sistemas ganaderos puros como en los sistemas de producción integrados (ganadería + cultivos) es posible disfrutar de la resiliencia característica de la ganadería – y también mejorar la producción. La ganadería moderna debe ser compatible con sistemas intensivos (en el sentido de aplicación de conocimientos), para que sean efectivamente rentables en el mediano y largo plazo, alcanzando objetivos de productividad con responsabilidad ambiental.
Para ello, actualmente existen varias opciones tecnológicas. El mercado, como siempre, definirá cuáles tendrán futuro. Sin embargo, es necesario que el conocimiento científico –común a todos ellos– llegue al productor en tiempo real, para permitir que los sistemas de producción sean más eficientes y absorban más rápidamente las innovaciones tecnológicas, particularmente aquellas que son multifuncionales y asociadas a la producción. de varios servicios ecosistémicos. Esto es lo que internacionalmente se llama agricultura climáticamente inteligente.
“La analogía con el cultivo de cereales llama la atención sobre el potencial del ‘cultivo’ ganadero”.
Inversiones y supuestos
El concepto de “cultivo de carne” es una analogía con el cultivo de cereales, una forma de recordar que agricultura significa “cultivo”. La producción animal en pastos, que debe entenderse como agricultura, requiere cultivo (manejo, manejo). Requiere inversiones financieras y técnicas adecuadas, al igual que los cultivos de cereales. Y para obtener una buena productividad en la “Cultivo de Carne”, con alta rentabilidad, es necesario invertir en tecnologías (cultivares, fertilizantes, pesticidas, etc.) que permitan una alta producción de forraje. La recolección de este cultivo mediante pastoreo es crucial, ya que no hay rentabilidad si el forraje no se transforma de manera eficiente en carne –y de calidad–.
En la “Cricultura de Carne”, el uso de tecnologías modernas permite producir más arrobas y más dinero en el bolsillo del productor. Entre las tecnologías que se alinean con el concepto climáticamente inteligente destacamos:
- a) “Diseño de Granjas”: planificación inteligente del uso del suelo en el espacio y el tiempo, diseñando estrategias para un alto e ininterrumpido consumo de nutrientes por parte de los animales. Lo mismo ocurre con la cobertura del suelo;
- b) Estructura organizada del rebaño, con el fin de optimizar el stock animal;
- c) Equipo de trabajo estructurado y calificado;
- d) Mejorar la fertilidad del suelo, de acuerdo con los objetivos y el flujo de caja de la propiedad;
- e) Control de plagas y enfermedades, favoreciendo las formas biológicas de combate;
- f) Manejo del pastoreo, con el fin de favorecer el consumo de láminas foliares, calificando la carne y mitigando las emisiones de metano.
En este último tema destaca el Pastoreo Rotacional, una nueva filosofía de manejo donde el foco está en el comportamiento ingestivo del animal en pastoreo, ya que, en esta situación, el animal busca estructuras de pasto que minimicen su tiempo de pastoreo. Cada tipo de pasto tiene una estructura o altura ideal que facilita la captura de los animales y les ahorra tiempo. La dirección debe garantizar el suministro ininterrumpido de estas estructuras (en la medida de lo posible).
Ejemplo de campo
El pastoreo rotacional fue la primera acción de “Lavoura de Carne” realizada en la Fazenda Horizonte, una propiedad de 280 ha en Diamante do Sul, región centro-oeste de Paraná, que vio cambiar su realidad en poco más de un año. Los conceptos, en forma de asistencia técnica especializada, fueron traídos al inmueble, a finales de 2018, por SIA – Agribusiness Intelligence Service, socio privado y brazo de extensión del SIPA, formado por estudiantes de las universidades que lo integran y cuyas El objetivo es difundir sistemas de producción sostenibles.
La propiedad contaba con 286 vacas, una tasa de destete del 61% y un peso de 6,1%/ternero (Figura 2). Luego de realizado el diagnóstico, se aplicaron de manera planificada las técnicas de “Cultivo de Carne”. Para el pastoreo rotacional, el equipo operativo de la finca fue capacitado para manejar pastos de marandú, en alturas óptimas de manejo, entre 40 cm y 24 cm.
La segunda acción fue un análisis cuidadoso de la estructura del rebaño, una temporada de reproducción bien definida y la reducción del período de apareamiento de cinco a tres meses. En la tercera acción, junto con los gestores, se definió como “escuela de manejo” un área piloto de 39 ha, área que fue corregida y fertilizada para que se pudiera experimentar la rotación en pastos de alta productividad. De esta manera, el equipo de trabajo “captó” la gestión, sin que la inversión impactara el flujo de caja del inmueble.
Con la zona piloto, la planificación inmobiliaria ya indicaba un probable excedente de pastos. Así, se definió un aumento de reposición de 62 a 105 novillas y la compra de 80 vacas preñadas adicionales. El rebaño aumentó a 428 vacas expuestas a la reproducción en la zafra 2019/20. En el área piloto, de octubre a abril se mantuvieron 5 vacas/ha, además de terneros y toros.
Los resultados de la cosecha fueron: 93% de tasa de destete, 7@ peso promedio de los terneros destetados, R$ 1.053/ha de ingreso y R$ 66 de retorno por cada real invertido, los dos últimos dentro del concepto de Ebitda (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización).
“En sistemas integrados, la “cría de carne” presenta resultados inmejorables.”
Aún mejor en ILP
Se pueden obtener resultados aún más expresivos cuando la “Cicultura de Carne” se practica en sistemas de producción integrados, donde puede rendir, en el corto período de 3 a 5 meses de pastoreo (safrinha), 5@/ha, cuando el número es inferior. (4,5@) se alcanza, en promedio en Brasil, en un año (Figura 1).
Un trabajo realizado recientemente por la Alianza SIPA en la Fazenda Guarita, en Rondonópolis/MT, puso en práctica los conceptos de “Cricultura de Carne” en sistemas integrados. El sistema de producción cuenta con soja en cosecha y ganadería en contraestación. La fertilización se realizó íntegramente en el pasto (fertilización del sistema), sin afectar la productividad de la soja. Con el pasto beneficiado por la fertilización, el manejo rotacional con suplementación estratégica (0,3% del peso vivo durante 45 días) permitió la producción de 15,6@ de canales en 132 días de pastoreo. Este aumento de la productividad (3,4 veces mayor que la media) es imposible de lograr en un cultivo de cereales.
Es importante recordar que el concepto de “Cultivo de Carne” se puede aplicar a cualquier propiedad, de cualquier tamaño y en cualquier región del país. Hay mucho conocimiento científico que respalda el concepto. Para que su aplicación sea exitosa es necesario que los técnicos conviertan estos conocimientos en una gestión práctica y específica para cada inmueble; No son “recetas de tartas” que se puedan repetir sin planificación.
Finalmente, la técnica “Meat Farming” impacta positivamente en el flujo de caja de la explotación, haciendo que la ganadería sea muy atractiva y rentable. Por lo tanto, puede ayudar a Brasil a suministrar carne en la cantidad y calidad requerida por el mercado, además de mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.
* La Alianza SIPA está formada por el Grupo de Investigación en Sistemas Integrados de Producción Agrícola de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul; por el Centro de Innovación en Tecnología Agropecuaria de la Universidad Federal de Paraná; y por el Grupo de Investigación e Innovación en Sistemas de Producción Agrícola Puros e Integrados de la Universidad Federal de Rondonópolis
Edicarlos Damacena de Souza
Ingeniero agrónomo, magíster en Sistemas de Producción y Doctorado en Ciencias del Suelo. Es profesor de la Universidad Federal de Rondonópolis/Aliança SIPA.
Colaboran: Paulo César de Faccio Carvalho, profesor de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul/Alianza SIPA, y Armindo Barth Neto, miembro del Servicio de Inteligencia Agronegocios.
Fuente: Artículo publicado en el Anuario 2021 de la Revista DBO